DANIEL IRIGOYEN - Official Website - World Class Music and Poetry

Una tarde caminando por Plaza Francia, me lo encontré a Luis Gambolini, que había sido fugaz baterista en
La Pesada de Billy Bond y Color Humano quién me convenció de tomarnos el buque.

Primer partida del puerto de Buenos Aires con Luis Gambolini en el "Cabo San Roque", a finales del 72 - Steve Winwood con Traffic en el Olympia de Paris, invierno europeo de 1973, primer encuentro.

Después de casi un año de estar viviendo entre Barcelona, Madrid, Paris, Londres, Roma, Sicilia y Hamburgo, me fuí laburando en un buque tanque hasta USA, quedándome un tiempo en la ciudad de Nueva York.

En el buque Tanque "Allison Star" con dos compañeros - Barrio del Bronx - New York City

A las casi dos semanas de deambular por el vertiginoso barrio latino del Bronx, decidí volver a Buenos Aires. En 1974 llegué con nuevas energías, y me encontré con un montón de nuevos amigos, que me incentivaron a quedarme para hacer música y crecer.
Compré mi primer batería Colombo al por entonces baterista del Pappo´s Blues, Negro Mandinga (Darío) y junto con Pirin Pim Pin (también en Drums), Carlos Pan (bajo), Dicky Campilongo (Guitarra), Miguel Botafogo (Guitarra), el recientemente fallecido Tito Larregui (guitarra) y la cantante Diana Bifulco, de “Lengua Negra” formamos "Avalancha", una banda de Blues pesado a lo Allman Brothers con la que nunca llegamos a dar un concierto juntos, porque al mismo tiempo fracciones parapoliciales relacionadas a las huestes del por aquel entonces Ministro de Bienestar Social (valga la paradoja) José López Rega me habían detenido e incomunicado, por lo que al tener la suerte de volver a ver la luz, el pavoroso miedo psicológico que me habían metido los tipos me obligó otra vez a abandonar, o mejor dicho escapar, del país al que recién llegaba.

Ford Falcon / El símbolo del terror. Nació a principios de los años 60 y se instaló en la clase media argentina a través de un legendario teleteatro semanal, “La Familia Falcón”. Falcon era el auto de la familia. Pero el vértigo de la Argentina de aquellos años, lo cambió todo. Los Falcon, por sus condiciones, fueron adoptados por la Policía Federal. Luego, casi por extensión, por los grupos parapoliciales y paramilitares que asolaron el país en la represión ilegal de Argentina en los años 70s.

A los pocos días de morir Perón, me largaron del lugar, donde había estado varios semanas incomunicado y humillado cada mañana por diferentes oficiales de turno en terroríficos interrogatorios. Como todo el mundo sabe, durante esa época secuestrar a una persona de un recital, de una amable charla, o detenerla mientras conduce su auto, sentada en un banco de una plaza, esperando el colectivo, saliendo del cine, tomando un café, etc., era posible gracias a la "Averiguación de Antecedentes", una ley estrafalaria que permitía a la policía, uniformada o de civil, detener a cualquier ciudadano durante 24 horas o más, hasta que se compruebe su inocencia (¿?) La Red Paranoica, como tristemente le decían. Claro que con una coima todo se podía arreglar, no fue mi caso. El asunto es que una tarde del verano del ´74, volví a despedirme como pude del puerto de Buenos Aires, sabiendo que esta vez la mano no venía como una simple aventura.

© Daniel Irigoyen - Publicado en El Musiquero Nro 140 / Año XI

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