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Primeras Tonadas

Música > Rock Argentino



Y así fueron pasando los meses del naufragio. Perseguidos con saña por la policía día y noche, el reviente ya estaba instalado. Y aunque habíamos inventado un lenguaje propio, nunca más volvió a ser lo mismo. Algunos pocos se coparon con las pastillitas y el "pico". Otros, los menos, se buscaron un laburo decente, y de los que se dedicaron seriamente a la música, sobrevivieron solo algunos elegidos. Después vinieron los
Estudios T.N.T de la calle Santa Fé primero y los de la Calle Moreno después, "Los 400 Golpes” de Truffaut, "El Pesanervios" de Antonin Artaud, el "Adan Buenos Aires" de Leopoldo Marechal" y mi amistad con Litto Nebbia.

Ya estábamos a finales de los ´60. Era la época gloriosa y fase final de
Los Gatos, Almendra y Manal. Las primeras revistas rockeras, "Pinap", "Pelo", los recitales mañaneros del "Beat Baires" en el Coliseo, los primeros festivales grossos en el Anfiteatro Municipal y el primer "B.A.Rock" en el Velódromo. A todo esto, los eternos pálidos uniformados seguían llevándose cada vez más gente de los recitales con total impunidad.


© Photo: Rev. Pelo Fondo de Archivo.


Por aquél entonces, yo cantaba en un grupo que se llamaba Los Mentales, con el que llegamos a editar dos simples en la RCA Vicor, el primero con temas de Litto Nebbia - producido por él -, y el segundo con dos temas míos, en una onda rockera más pesada, apadrinados por Ciro Fogliatta. A mediados del ´68 había conocido al guitarrista Rubén Biscione, que junto con el baterista Juancito Rodriguez venían de tocar con Los Shimmys, con los que habían grabado un simple en la EMI Odeón, que era el sello donde grababan casi todos los uruguayos.

Después apareció
Quique Alvarado, que había sido el pianista de Los Blues Mens, con los que grabó un LP que se llamó "Prohibido Prohibir". El bajista por ese entonces era Oscar Jurado (El Oso), y más tarde entro "Fermín".
Empezamos ensayando temas de
Steppenwolf, Cream, Hendrix, y algunos temas propios en una onda medio brasilera, que no tenían mucho que ver con lo que le gustaba al grupo en general, y por eso andábamos en la búsqueda. Teníamos un sonido bastante personal, y no nos parecíamos a ninguna otra banda de las que andaban por ahí. Un día invitamos a Ciro Fogliatta a un ensayo en la casa de Juan Rodriguez, y así empezó toda la bola. Entonces Litto se anotó para asesorarnos con algunas composiciones que aceptamos de corazón, y seguimos ensayando en Olivos, en la casa de Quique Alvarado, donde a veces también Litto ensayaba con su primer e incipiente Nebbia´s Band, junto con el bajista Cacho Lafalce y Willy, que era un baterista uruguayo. Una tarde, se apareció con los hermanos Fattorusos a zapar, y todos andábamos muy emocionados.

Creo que para Nebbia, nosotros fuimos su primera experiencia como productor aparte de Los Gatos, aunque la RCA Victor siempre tenía la última palabra. Por aquél entonces estábamos casi todo el día juntos en su apartamento de palermo, y como los dos éramos fanáticos de la línea que
Steve Winwood había desarrollado con Traffic, una tarde de otoño apareció "Cuando un Hombre Solo Ama a una Mujer", un tema que Litto compuso al piano de un tirón en mi presencia, y que canté con el corazón en forma espontánea (N. Del Ed.: el tema "Cuando un hombre solo ama a una mujer" fué reeditado por BMG en el CD de compilación "Tres Décadas de Rock Nacional").
En el lado B del simple estaba "Hombre de Traje Azúl", una especie de invención, tal vez inconsciente, para agradar a los directivos de la RCA (Mario Pizzurno). La letra, muy pobre aunque con cierto concepto protestón muy propio de la época. Y así fuimos conocidos masivamente por ese tema.

Después de haber logrado un pequeño suceso con el primer simple, Los Mentales éramos una banda medianamente respetada en la escena de los músicos, plomos y representantes, y sin estar dentro de la onda progresiva que se imponía, habíamos sido aceptados, no tanto por nuestros méritos musicales como por nuestro carisma e imagen ante el público. Había una gran onda de amistad con las otras bandas. Eramos una especie de Gran familia, principalmente con la gente de Almendra, Manal, Carlos Bisso y El Cuervo de Conexión Nro 5, Quiroga de los Vox Dei.

Después de los shows de los fines de semana, no encontrábamos todos a partir de las dos o tres de la mañana en algún restaurant que podía ser el "
Hamburgo" (frente al teatro Colón), o en algún carrito de la Costanera, y nos quedábamos festejando y haciendo chistes hasta que nos borraban. Muchos vivíamos más o menos por la misma zona, que se extendía desde Palermo, pasando por Belgrano, Vicente López, Olivos y San Isidro.

A la vuelta de casa donde yo estaba viviendo en Vicente López, vivía el flaco
Spinetta, al que visitaba casi siempre. Tengo una imágen del flaco, sentados en el piso de madera de su pieza a puerta cerrada (para que nadie venga a interrumpir), cantándome como una primicia lo último que había compuesto para el álbum doble de Almendra: "En Las Cúpulas" y "Parvas", que sin estar del todo convencido, igualmente me habían volado la cabeza. La magia del Flaco es indiscutible. Siempre estaba invitándome para que vaya a bocinar. Fue una época bastante excitante y creativa a todo nivel.

Había mucho revoleo competitivo entre mánagers y productores. La burocracia y el negocio de algunos tipos que querían controlar y dirigir el incipiente movimiento de Rock Nacional creó por momentos mucha confusión. A nosotros nos representaban
Horacio Martínez en sociedad con Cacho Améndola, que tenían una agencia que quedaba sobre Av. Santa Fé, donde también estaban Los Gatos, Litto, el sueco Owe Monk y el inimitable Facundo Cabrál (ex Indio Gasparino). Estamos a finales del ´69, principios del ´70, y el programa nuevo de temas que teníamos Los Mentales todavía estaba en proceso, pero con miras a un estilo nuevo inclinado al Rock Pesado, porque queríamos independizarnos de la imagen blanda y dulce que las composiciones de Nebbia le habían dado al grupo.

Tal vez haya sido un grosso error comercial de nuestra parte, pero la cuestión era cambiar, y lo hicimos. Una tarde con
Luis Alberto Spinetta en el apartamento de Amadeo Alvarez, escuché por primera vez la impresionante producción del primer disco de Led Zeppelin, que me dió las pautas y la alegría de reconocer que la música que yo ya venía rumiando por mi cuenta sin conocerlos, contenía el mismo espíritu y sentimiento blusero que la del cuarteto inglés.


Los Mentales - Auditorio Kraft de Buenos Aires, circa 1970 © Photo José Luis Perotta


Ya sin Litto Nebbia como co-productor, grabamos un segundo simple con un tema mío, que fué "
La Calle principal" y del otro lado salió "No me agobies nena" que compuse con Rubén, que pasó desapercibido porque apenas lo pasaron algunas veces por la radio. (Mucho después, en una comunidad de París en la que también me reencontré con Miguelito Abuelo, en una noche mística de velas fumo y guitarreada, conocí a un flaco argentino que de pronto se puso a tocar mi tema La Calle Principal , dándome una gran alegría. Después me comentó de que lo había aprendido con una banda rosarina en la que tocaba el bajo). Alguien lo había escuchado y asimilado.

Al poco tiempo volvimos a los estudios T.N.T y continuamos con la grabación de otros temas míos y de
Quique Alvarado que iban a ser el material de nuestro primer LP, el cual por diferentes razones burocráticas de la companía nunca salió. Al no estar más Litto Nebbia a nuestro lado, la RCA se empezó a arrugar y sus directivos a perder el interés y las ganas de escuchar y aceptar nuestra nueva imagen y propuesta. Aunque todavía había entusiasmo y polenta para seguir, nuestra relación amistosa empezó a deteriorarse y hundirse por problemas de ego. En esta última etapa de los Mentales, ya sin Fermín, Quique Alvarado dejó los teclados y se pasó al bajo, y Corre López, ex baterista de Los Walkers, suplantó a Juancito Rodriguez, y así nos transformamos en cuarteto.

Los Gatos estaban grabando con
Pappo, "Rock de la Mujer perdida", y Almendra estaba terminando de producir su segundo disco, que sería un álbum doble. Manal seguía en lo suyo. Vox Dei empezaba a tener éxito, al igual que Alma y Vida. La mano del rock pesado se estaba poniendo de moda rápidamente y era casi una obligación para muchos grupos. Pero puedo decir que Los Mentales fuimos una de las primeras bandas argentinas de rock pesado que dió conciertos en varios teatros del centro de Buenos Aires y en otros clubes del interior, antes de que surgieran El Reloj y Pescado Rabioso. Las letras seguían hablando del fato personal con el medio, la calle, los amigos y las minas, la cosa era emocionar y hacer poner los pelos de punta. Había que tocar al mango con bastante agresión en la expresión y los solos de viola con la voz tenían que estar a tope. Esa etapa "spéedica" de adolescente con el rock pesado fué una fase de aprendizaje necesario, que después algunas bandas continuaron con más éxito, como por ejemplo Vox Dei.

El rock pesado llegó en el momento justo. Fue una moda importada de inglaterra que pasó, pero quedó. Como quedan todas las cosas que uno ha experimentado y amado, y aunque posiblemente ya nunca vuelva a cantar una canción en ese estilo, guardo mucho cariño y respeto por aquél pasado, porque fué auténtico.

© Daniel Irigoyen - Publicado en El Musiquero Nro 140 / Año XI

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